El transitar por avenidas, arterias, plazas y pasajes invita a la reflexión a partir de los encuentros fortuitos, los cambios veloces y las huellas adheridas.
Paralelamente las baldosas internas de patios y terrazas hablan de un espacio de adentro que dialoga con las veredas, donde lo público comparte miradas. Presentar un contrapunto metamorfoseado de estos ámbitos es una manera de poner en movimiento artilugios de comportamientos sociales.
La propuesta apunta a la vez a mostrar la ausencia y a reconstruir el vacío, en ambos casos completando a partir de fragmentos (objetuales y mnemotécnicos). El trabajo es minucioso, porque insiste en recuperar a partir del desecho, como una manera de resistir, como una ucronía urbana.
Reunir imágenes-detener la marcha- es descubrir la permanencia en el instante contemplado.